Estos valientes maestros han cometido el error de defender lo que consideran que su pueblo, su gente y su comunidad necesita. Esas necesidades no corresponden a la lógica del sistema y por eso son llamados delincuentes. Los verdaderos delincuentes son premiados con sillas presidenciales, con gobernaturas,con dirigencias sindicales, emporios televisivos, etc. Podrán encerrar a los hombres pero nunca las ideas, "la lucha sigue".
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