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sábado, 17 de noviembre de 2012

Mr. Intocable Genaro García Luna


Aunque la PGR dictaminó que Tres Marías fue un montaje de la Policía Federal para asesinar a dos agentes de la CIA y a un marino mexicano, Genaro García Luna terminará el sexenio inmaculado. Es el único secretario civil del gabinete que a pesar de sus escándalos fue protegido presidencial


En el gabinete del presidente Felipe Calderón hay un secretario que ha podido sobrevivir a todo tipo de escándalos y cuestionamientos: Genaro García Luna.
Montajes, conflictos internacionales, testigos a modo, casos magnificados han sido, entre otros, la estampa del secretario de Seguridad Pública federal durante el sexenio.
Pero, a pesar de todo esto, ha permanecido intocable y protegido por el presidente de la República.
Un ejemplo claro es detención de la francesa Florence Cassez, donde, prácticamente, el director de la película solo gritó: “¡Acción!”, cuando los medios habían acudido al llamado y estaban grabando ya las escenas que supuestamente estaban “en vivo”.
Tan irregular fue la detención de la francesa y fuera de protocolo, que primero la Embajada gala, y más tarde el mismísimo presidente francés Nicolás Sarkozy, entraron de lleno en su defensa. 
Calderón no quiso entregar a la supuesta secuestradora para que purgara su condena en Francia –algo estipulado en los convenios internacionales-, y mucho menos remover al simulador. 
Pero eso no fue suficiente, porque el gobierno federal no aprendió la lección. Aún había más…
Presión de Estados Unidos
En el más reciente de sus escándalos y simulaciones, García Luna envió a su fiel escudero y segundo de a bordo de la SSP federal, Luis Cárdenas Palomino -jefe de la División de Seguridad Regional de la Policía Federal-, el pasado domingo dos de septiembre, a una conferencia de prensa en la que intentaría acaso la última de las simulaciones.
En esta ocasión se trataba de explicar por qué sus agentes habían disparado contra dos empleados de la Embajada de Estados Unidos y un marino, mientras éstos viajaban cerca del poblado de Tres Marías, Morelos, en una camioneta con placas diplomáticas.
Pero el tiempo se encargaría de revelar la verdad. Y en esta ocasión, la información que ponía al descubierto un nuevo teatro del absurdo de García Luna, un montaje hecho por su alfil Cárdenas Palomino, vino de una institución dirigida por alguien que muchas veces jugó a favor suyo: Marisela Morales, nada menos que la procuradora general de la República.
Morales, quien en no pocas ocasiones ha hecho las veces de comparsa de los teatros del consentido del sexenio en materia policiaca, ahora no quiso, o de plano, presionada por los gringos, no pudo taparle el ojo al macho. Finalmente, autoridades norteamericanas han reconocido hasta en llamadas privadas que Marisela es su amiga personal, su colaboradora.
Al menos, así lo dijo en su momento, Carlos Canino, funcionario de la ATF (la oficinas de Alcohol, tabaco y Armas de fuego de los Estados Unidos): “Ella es una aliada del gobierno de Estados Unidos… ella es una amiga personal…”.
Tal vez esa amistad tan personal con las autoridades de EU llevaron a la procuradora a no encubrir a García Luna. Al menos, no por ahora.
García Luna o el arte de simular
¿Qué fue lo que hizo Marisela? Primero, el pasado viernes nueve de noviembre, emitió un comunicado de prensa, en el que informa que el Ministerio Público de la Federación adscrito a la Subprocuraduría de Control Regional, Procedimientos Penales y Amparo, obtuvo una orden de aprehensión contra 14 elementos de la PF que estaban adscritos a la Estación Tlalpan y relacionados con los hechos el 24 de agosto de 2012, en la carretera Federal México-Cuernavaca, cerca de Huitzilac, Morelos. 
Estos 14 policías estaban bajo arraigo en el conocido centro de la colonia Doctores del DF, mientras se procedía con las averiguaciones en torno su probable responsabilidad por los probables delitos de homicidio calificado en grado de tentativa y daño en propiedad ajena. 
Los hechos ya son por todos conocidos. Los policías ahora consignados –dice a la letra la PGR “intentaron privar de la vida a dos funcionarios de la Embajada de Estados Unidos en México y a un elemento de la Secretaría de Marina Armada de México”, que viajaban en una camioneta Toyota, tipo Land Cruiser, color negra. 
Solo el blindaje del vehículo pudo impedir que quienes viajaban en él fueran asesinados, porque fueron disparados “152 impactos de arma de fuego”, reconoce aquí la procuradora.
Pero eso no es todo. La parte más inquietante de este revelador comunicado es cuando apunta que los policías consignados, “quienes durante los hechos se transportaban en vehículos particulares de su propiedad, e iban vestidos de civil”,  al ser presentados ante el agente del Ministerio Público de la Federación “lo hicieron uniformados”, y a bordo de las patrullas que tenían bajo su resguardo, “alentando así el ocultamiento de los vehículos que tenían y simulando una circunstancia que resulto ser falsa”.
Simulando una circunstancia que resultó ser falsa… ¿Dónde hemos visto algo parecido antes? Aquí conste que lo dice la propia Marisela Morales, jefa de la PGR. Luego el documento expone quiénes más han sido detenidos y consignados. Entre éstas está un “empleado administrativo adscrito a la Estación Tlalpan”, quien portó un arma sin tener el permiso correspondiente.
También –y éste es un caso que sirve de ejemplo perfecto- un policía federal, por el probable delito de “Falsedad en Declaración ante Autoridad Distinta de la Judicial”. Fue presentada a declarar, bajo protesta de decir verdad, y negó en diversas ocasiones su participación en los hechos, pero al final se demostró que sí participó. 
Las declaraciones de Cárdenas Palomino, entonces, ¿no son falsedades también? Lo son. Al menos eso asegura la PGR. ¿Y no debería proceder en consecuencia? 

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