El sexenio prácticamente terminó y los creadores de la estrategia de seguridad la defienden hasta el último momento: “Es como si (en 2006) hubiéramos entrado a una casa y nos hubiéramos dado cuenta de que teníamos los cimientos verdaderamente infestados de ratas… ¿Entonces qué teníamos que hacer?: reconocer esa realidad”, asegura el secretario de Gobernación, Alejandro Poiré.
Licenciado en ciencia política por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y doctor en la misma especialidad por la Universidad Harvard, Poiré Romero es posiblemente el funcionario con un salto mayor en la administración de Felipe Calderón, pues se inició como jefe de Análisis Político de la Presidencia de la República y concluye como responsable de la política interior del país.
El Doctor, como lo mencionan en los boletines de prensa, es también hábil para no salirse del discurso gubernamental, pero sobre todo un férreo defensor de lo que construyó el grupo al que pertenece, pese al alud de críticas por las miles de muertes ocurridas a partir de que tomaron el mando.
Hicimos lo debido
Aquí, un extracto de la entrevista que el secretario concedió a La Jornada un día después de que se plantaron a la puerta de Gobernación familiares de desaparecidos que reclaman una investigación eficiente para localizar a sus seres queridos.
–Prácticamente concluyó el sexenio y muchas indagatorias quedaron inconclusas. No hubo, por lo menos una lista de desaparecidos –se le hace notar.
–La tarea de identificar a las personas desaparecidas es fundamentalmente del orden estatal, del fuero común. Lo que hemos hecho es echar a andar este mecanismo para que sean los propios estados los que integren esa información.
–¿Cómo cierran este sexenio? Un sexenio de miles de muertos...
–Estoy convencido que de no haberse hecho este esfuerzo extraordinario por debilitar a las estructuras criminales, fortalecer un sistema de justicia más transparente y eficaz, más competente, por resarcir el tejido social, hoy tendríamos seguramente mayores niveles de violencia en muchos lugares del país.
–¿Por qué?
–Porque en los 15 años anteriores a este sexenio ya se habían consolidado estos poderosísimos cárteles; ya se había liberado la venta de armas en Estados Unidos, armas de asalto. Loscárteles mexicanos ya se habían apoderado de la mayor parte del tránsito de cocaína hacia Estados Unidos, y ya se habían armado estos cárteles para confrontarse entre ellos de manera muy violenta en varias plazas del país.
Hay que preguntarle al ex gobernador de Michoacán Lázaro Cárdenas: (la violencia) se empezó a ver desde 2004; empezamos a ver cosas terribles, como personas decapitadas presentadas en la alcaldía de Acapulco en 2005, y episodios de violencia extraordinaria en Tamaulipas, también en 2005 y 2006.
–¿Y cómo quedan ustedes como funcionarios?
–Para mí, el ser parte de este esfuerzo ha sido una oportunidad extraordinaria de lo que se necesita y sí se ha logrado. No lo digo como un logro del gobierno, sino de la sociedad en su conjunto. Convencernos poco a poco de que no podemos vivir con la delincuencia impune; que no podemos suponer que nos vamos a voltear de lado y que loscárteles van a seguir sin meterse en la vida cotidiana.
–¿Era necesario darle ese palazo al avispero?
–No fue así, sino exactamente lo contrario. Es como si hubiéramos entrado a una casa y nos hubiéramos dado cuenta de que los cimientos estaban verdaderamente infestados de ratas. Y es que esas ratas no sólo estaban en los cimientos, sino que de pronto nos salían por las puertas, se nos aparecían en las camas, en el clóset, en la cocina, y cuando abrías tu refrigerador ya se lo habían comido todo y si ibas al cuarto de tus chamacos, pues ya estaban ahí (las ratas), durmiendo encima de ellos. Las ratas no se iban a ir nada más porque sí. Teníamos que asegurarnos de debilitar a los grupos de delincuentes y reconstruir los cimientos.
–Los familiares de los asesinados, de los desaparecidos, han dicho que no pidieron esa guerra…
–La pregunta es si a esas personas que les cometieron delitos estarían de acuerdo en que dejáramos libres e impunes a esos delincuentes. Y lo que nos tenemos que dar cuenta es que la violencia no es generada por la presencia del gobierno.
“(…) ¿De verdad íbamos a dejar en impunidad a esos grupos, sin dejar de perseguir a los responsables de los homicidios? ¡Por supuesto que no! Nos tardamos en hacerlo, nos tardamos mucho tiempo.”
–La percepción es que estos dos sexenios, de supuesta transición a la democracia tras la salida del PRI de Los Pinos, han sido una decepción…
–Este crecimiento de la violencia no es exclusivo de México, ni porque el gobierno de México haya hecho lo que hizo (…) ¡Bueno, hombre! Nos tardamos en hacerlo y creo que se está haciendo ese aprendizaje.
A Colombia le costó 30 años empezar a reducir la tendencia de delitos; este es un fenómeno del hemisferio y, ciertamente, en México (los resultados) no se pueden dar de un día para otro. México sí está haciendo su tarea, afirma.
Al final de la entrevista se pregunta al secretario qué hará a partir del primero de diciembre, y qué hará el entonces ya ex presidente Calderón. Poiré dice que irá a descansar por un tiempo y luego posiblemente se dedique a escribir, aunque la certeza es ya no aparecer en el espacio público.
–¿Y su jefe?
–Él tomará sus decisiones –responde.
Desliza que el Presidente ha hecho una tarea muy importante en México y ha ejercido un liderazgo a escala internacional. Hay que reconocerlo.
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