Miles de personas se han reunido el martes en la localidad de Villiers-le-Bel, muy próxima a París, para despedir a las tres activistas kurdas asesinadas en la capital francesa el pasado jueves. Según los organizadores han llegado autobuses desde varios países europeos.
Los cuerpos serán trasladados el miércoles a la localidad de Diyarbakir, de mayoría kurda, para ser luego enterrados en sus lugares de origen.
Mientras, continúa planeando el misterio sobre quién pudo perpetrar el ataque. Algunos kurdos acusaron a Turquía de estar detrás del crimen.
El primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan ha criticado esas imputaciones. "Acusar al Estado turco y al Gobierno de los asesinatos en París, sugiriendo ideas equivocadas en direcciones erróneas, es una gran irresponsabilidad y una falta de consideración"
Los asesinatos han sido tildados incluso de políticos por sus efectos sobre el proceso de paz entre kurdos y turcos. Este mes el Gobierno admitió por primera vez mantener conversaciones con el PKK. El líder de los militantes kurdos en prisión, Abdulah Ocalan, ha pedido a la policia francesa que resuelva el crimen con la mayor celeridad posible.
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